Dos grandes médicos de la antigua Grecia , Hipócrates y Galeno, creían que los pensamientos y las emociones movían a los distintos sistemas del cuerpo y les afectaban directamente mediante interacción de contacto. Y las investigaciones de vanguardia de hoy en día están demostrando la veracidad de este hecho; de ahí la preponderancia de términos tales como psicobiología y psiconeuroinmunología en la medicina moderna.
Imagine que tras la aparición de determinado estímulo, usted se enfada, se disgusta enormemente. su mente le esta dando significado al estímulo que ha recibido, y eso le provoca un estado de cólera. Su cerebro está haciendo mapas de su mente, pero ¿acaso puede el cerebro comuncar sus mapas al organismo, concretamente al sistema inmunológico? La respuesta es sí. El cerebro lleva a cabo esta faena a través de unas moléculas recientemente descubiertas y a las que se les ha llamado neuropéptidos. Este descubrimiento (el que la mente afecta al cerebro, que a su vez afecta al sistema inmunológico) ha hecho que ese tema se convierta en objeto de un campo totalmente nuevo, la psiconeurinmunología (PNI).
Los órganos del sistema inmunológico se denominan también órganos linfoides, porque producen linfocitos, las importntisimas células blancas de la sangre que son las mediadoras de la respuesta inmunológica en el organismo, a las que comúnmente se les denomina glóbulos blancos. Los linfocitos se elaboran inicialmente en la médula ósea de los huesos. Pero hay un grupo de linfocitos, denominados células T, que se encuentran al comienzo de su desarrollo en la glándula timo (que está detrás del esternón, en el pecho) y se convierten en sustentadores de la diferenciación de lo que es propio nuestro cuerpo "yo" y aquello que es considerado como un invasor del organismo "no yo". Los linfocilositos recorrren todo el cuerpo, y en su desempeño tienen gran importancia los pequeños ejércitos de estas células que se encuentran en estado de alerta en los nódulos linfáticos o linfonodos y en el bazo. El sistema inmunológico defiende al organismo frente a todo intruso (virus, bacterias y cualquier cosa que sea "no yo"), y se creía que esto era independiente, que no tenía nada que ver, con lo que hace el cerebro.
Pero la sorpresa llegó cuando un neurólogo de la Universidad de Rochester , en Nueva York, descubrió que todos los órganos del sistema inmuneológicos están cubiertos de nervios, abriendo la posibilidad de que el sistema inmunológico se comunique con el sistema nervioso. Más tarde el neurofisiólogo Robert Ader (1981) descubrió que el sistema inmunológico podía condicionarse siguiendo el mismo procedimiento que el condicionamiento mental.
A continuación una breve descripción del Experimento llevado a cabo por Ader. ¿Y tú que crees? Déjanos tus opiniones en la caja de comentarios.